lunes, 26 de marzo de 2012

VIIXIIMMXI

 Pasé mis últimos llantos amando a un hombre que no me amaba sino que amaba a una mujer de la que nunca supo si volvería y regresé del viaje con más miedo que esperanza.
 Me hundí tan profundo que perdí de vista mi humanidad y, refugiándome en largos pasillos con demasiadas puertas, di por hecho que no hallaría salida.
 Puedes buscar y encontrarme rota, buscar y encontrarme seca o muerta o hambrienta.

 Y, tras besar por última vez el frío metal de mi vida, te encontré bebiendo de mis lágrimas al despertar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario